Oleguer Pujol: «A Andorra subía una vez al año, no subía más»

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Oleguer Pujol. (Foto: EFE)

Oleguer Pujol, el hijo pequeño del expresidente catalán, afirmó ante la Audiencia Nacional que él sólo iba a Andorra «una vez al año» y que la cuenta que tenía en un banco andorrano la abrió únicamente para cobrar la herencia que recibió de su abuelo en 1992 y tener así un dinero como «reserva».

Durante su declaración el pasado 12 de enero ante el juez José de la Mata el benjamín de los Pujol defiende la tesis que han alegado sus padres y sus hermanos de que el dinero que acumularon en Andorra provenía de la herencia de su abuelo y no de comisiones, como sospecha la Fiscalía.

Oleguer Pujol, que finalmente salió libre aunque la Fiscalía pidió para él prisión sin fianza, sostuvo en su comparecencia que su hermano Jordi invirtió la herencia de su abuelo Florenci en «deuda soberana opaca fiscalmente» y que en 1992 lo repartió entre los hermanos en sus cuentas de Andorra.

En concreto, afirmó, a preguntas del fiscal José Grinda, Jordi tomó en 1992 «las riendas de la gestión del legado», que estaba invertido en productos financieros, y dos años después decide, a instancias de él y «algún otro hermano», ir distribuyéndolos entre ellos.

Así, explicó que los hermanos fueron recibiendo dinero de 1992 a 2000 cada cierto tiempo, correspondiente a los productos financieros que se iban cancelando, aunque, preguntado por el fiscal por qué las cantidades ingresadas variaban de uno a otro, dijo desconocer la razón.

Cuando en 1990 su hermano les comunicó la existencia de la herencia, él tenía sólo 18 años, remarcó. «La verdad es que no me entero mucho», afirmó sobre los productos en los que estaba invertido el dinero, aunque luego se enteró de que, «básicamente, era deuda soberana opaca fiscalmente».

Este, detalló, es un producto que ofrecían los bancos «hasta hace cuatro días» de «bonos del Estado». «¿De qué?», le preguntó entonces el fiscal. «Pues de un Estado», respondió. «¿Pero, de cuál?», le insistió Grinda, y Oleguer no supo la respuesta: «No sé, había varios, no lo sé».

Él, sin embargo, no gestionó esos bonos, ya que era una tarea de Jordi hijo, y estaban «en forma de lámina financiera» al portador, a cuyo vencimiento se cobran «en ventanilla». Estas láminas no estaban en Andbank, sino en otro banco andorrano. «No hay muchos más, no sé cuál es», dudó a preguntas del juez.

Respecto a su cuenta en Andorra, que cerró en 2010 para abrir otra en el banco BPA, también en el Principado, aseguró: «Yo realmente la actividad que yo tengo con esta cuenta, posteriormente con la BPA, es de una pasividad absoluta», para añadir que él no era «ni consciente de que existen esas cuentas».

«A Andorra subía una vez al año, no subía más. El grado de actividad que desde mi lado tenía era prácticamente nula; esa cuenta la tenía para el propósito que la tenía, que era cobrar el legado de mi abuelo y que tenía como una reserva».

«Yo no disponía de ese dinero, no utilicé ese dinero para vivir», insistió, y por ello daba al banco un «criterio de inversión muy conservador» respecto de esos fondos.

En su cuenta en el Principado que abrió en 1992 a instancias de su hermano, él recibió 125 millones de pesetas y la cerró en 2010, cuando en el banco le dijeron que se tenía que ir porque «era PEP (persona expuesta políticamente)».

En ese momento, transfirió 820.000 dólares a una cuenta que abrió en BPA, ingresó otras 70.000 libras esterlinas a ese mismo banco en efectivo y sacó 100.000 euros para pagar lo que le quedaba por abonar de dos pisos que se había comprado un mes antes.

«Uno en El Hospitalet, que es comparable a Vallecas en Madrid,y otro piso en el Poble Sec, que sería comparable a Lavapiés», afirmó ante el juez para añadir que son viviendas «muy humildes», de 27 y 50 metros cuadrados, que había comprado a unas amigas que tenían problemas de liquidez.

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